martes, febrero 20, 2007

Transantiago

Hasta el momento no me había pronunciado públicamente sobre el tema. Pero ante tanta crítica, la mayoría de gente que reclama por reclamar, me he visto obligada a emitir mi opinión sobre Transantiago.

Estoy totalmente de acuerdo con la implementación de éste. Ya estaba cansada de las micros amarillas, todas sucias, echando humo, parando en segunda fila, echando carreras, y muchas cosas más. Pero me he encontrado con la sorpresa, que muchas personas prefieren volver a ellas, sin darse cuenta que todo cambio grande requiere pasar por un proceso de adaptación, el cual, puede demorar incluso años. Vean el ejemplo de Singapur, tal como lo mostró un reportaje de Canal 13. Hace 20 años, sufrieron un cambio dástrico en el transporte urbano. Les tomó un año aproximadamente adaptarse, tuvieron dificultades similares, pero ahora gozan de una calidad de transporte admirable. Me gustaría saber si también hubo manifestaciones en contra.


No estoy de acuerdo con aquellos que atacan al gobierno por todo lo ocurrido. Empresarios como Navarrete se han encargado de boicotear las salidas de buses, para así dejar como culpable a la Concertación y "probar" que el sistema no funciona. Afortunadamente, el restos de las empresas respondieron bien, y se aplicaron las multas correspondientes. Pero por supuesto, mucha gente aprovechó esta falla, para manifestarse en contra y exigir de vuelta a las "benditas" micros amarillas.


Pues bien, yo no quiero eso. No quiero volver a bajarme de una micro que aún no para completamente. No quiero estar colgando del fierro para no caerme por la puerta abierta cada vez que la micro frena. No quiero que me den la "opción" de subirme y quedar colgando en la pisadera. Tampoco quiero tener que afirmar mis pertenencias cada vez que se sube un vendendor de helados o de cualquier cosa. Ni tampoco quiero respirar el "aire" que dejaban al pasar.


¿Qué es lo que prefiero? Prefiero pasar por el proceso de adaptación, que sé que no va a ser eterno, y poder subirme a una micro tranquila sin el miedo que vaya a partir mientras tengo un pie adentro y el otro afuera. Prefiero tener que aprenderme una serie de recorridos nuevos, si eso significa un viaje más tranquilo y seguro. Con esto, no se va a llegar al desarrollo como país, pero al menos, estaremos más cerca en un aspecto.